Se acerca la Navidad y con ella los grandes banquetes y tertulias familiares alrededor de una mesa exquisitamente adornada: manteles y servilletas con motivos navideños; platos, copas y cubiertos dispuestos para la ocasión, y alumbrando todo el conjunto no puede faltar la típica vela de Navidad.
En este artículo te voy a enseñar a ritualizar esa vela.
¿Y para qué ritualizarla, me preguntarás? Bien, porque con tanta gente reunida en casa, también puede resultar tradicional que se produzca alguna situación tensa entre los familiares. Alguna crítica o comentario desafortunado pueden desembocar en una discusión, o bien el recuerdo de aquellos seres queridos que ya no están entre nosotros puede resultar doloroso y ocasionarnos tristeza.
Para evitar este tipo de situaciones, podemos ritualizar una vela para que energice nuestro hogar con amor, paz y armonía. De esta manera, la vela deja de ser un simple adorno para convertirse en un poderoso emisor de energía positiva. Esto ayudará a crear un ambiente cálido, afectuoso y alegre, y dispersará cualquier tipo de energía negativa.
¿Qué “ingredientes” vamos a necesitar para este ritual?
- Una o varias velas (todas las que tú quieras poner en la mesa). Puedes ritualizar todas las que necesites, y usarlas en diferentes días, incluso puedes regalarlas. Las velas tienen que ser alargadas y cilíndricas. Pueden ser de cualquier color, aunque a mí me encantan las velas doradas, plateadas o rojas para esta ocasión.
- Unas gotas de aceite de oliva.
- 1 paño o papel de celulosa para limpiarnos las manos, ya que vamos a manipular el aceite.
- 1 representación de los 4 elementos: 1 mineral (elemento tierra), 1 copa con agua (elemento agua), 1 vela cualquiera (elemento fuego), 1 barrita de incienso (elemento aire).
- Cerillas de madera.
Te recomiendo que dispongas de una mesa con el espacio suficiente para colocar todos los “ingredientes” y que busques un momento del día en el que estés sola, sin ningún ruido ni nadie que te moleste.
Como paso previo puedes beber agua y realizar unas respiraciones relajantes para facilitar la concentración. También puedes imaginarte a ti y tu mesa de altar protegidas por una esfera blanca, azulada o dorada.
A continuación, monta tu altar, disponiendo los 4 Elementos en forma de cruz, en el sentido de las agujas del reloj, de esta manera:
- Coloca el mineral en dirección al norte o bien enfrente tuyo.
- Coloca la vela representante del fuego a tu derecha.
- A continuación, sigue el sentido de las agujas del reloj y coloca el incienso.
- Finalmente coloca la copa con agua a tu izquierda.
Una vez dispuesto el altar, coge una cerilla y enciende la vela de altar y el incienso.
Ahora alza tus brazos al cielo y mirando a cada uno de los Elementos, invócalos con estas palabras en voz alta:
- Bienvenido Espíritu de la Tierra, te saludo e invoco tu poder y protección aquí y ahora.
- Bienvenido Espíritu del Fuego, te saludo e invoco tu poder y protección aquí y ahora.
- Bienvenido Espíritu del Aire, te saludo e invoco tu poder y protección aquí y ahora.
- Bienvenido Espíritu del Agua, te saludo e invoco tu poder y protección aquí y ahora.
A continuación coge la/s vela/s de Navidad entre tus manos y recita en voz alta el siguiente propósito, con determinación y prestando atención a cada palabra:
“Con mi poder personal y el poder de los 4 Elementos deposito en esta vela la energía del amor, la paz y la armonía, para que las irradie en el momento en que sea encendida, y que el amor, la paz y la armonía reinen en el hogar donde sea encendida y entre todos los allí presentes, disolviendo cualquier tipo de energía negativa o inarmónica, siempre por el bien mayor de todos. Gracias, gracias, gracias”.
Ahora ungiremos cada una de las velas con el aceite de oliva. Para ello ponte unas gotas de aceite en tu mano y deslízala por la vela desde la base hasta la mecha, mientras sigues concentrada en el propósito. Realiza 7 pases de abajo a arriba.
Una vez ungida/s la/s vela/s, colócalas en el centro de tu altar, con los 4 elementos a su alrededor. Sigue concentrada y visualiza que el propósito ya se ha realizado, es decir, imagina tu celebración de Navidad con todos tus familiares, imagina cómo transcurre en paz, cómo habláis, reís, estáis alegres y de buen humor. Sigue unos minutos concentrada en esta visualización.
Cuando lo consideres oportuno, puedes finalizar el ritual. Para ello, vamos a despedir a los 4 Elementos, con estas palabras:
- Muchas gracias por tu presencia y tu ayuda Espíritu de la Tierra, que tu estabilidad esté siempre presente en nuestras vidas. Puedes marcharte ahora.
- Muchas gracias por tu presencia y tu ayuda Espíritu del Fuego, que tu chispa divina esté siempre presente en nuestras vidas. Puedes marcharte ahora.
- Muchas gracias por tu presencia y tu ayuda Espíritu del Aire, que tu inspiración esté siempre presente en nuestras vidas. Puedes marcharte ahora.
- Muchas gracias por tu presencia y tu ayuda Espíritu del Agua, que tu fluidez esté siempre presente en nuestras vidas. Puedes marcharte ahora.
A continuación, puedes apagar la vela de altar y el incienso. El ritual ha finalizado: tus velas de Navidad ya están ritualizadas y listas para ser encendidas y que desplieguen su propósito.
Como ves, es un ritual sencillo que no te llevará mucho tiempo hacerlo, tal vez unos 15 minutos. Te invito a hacerlo y que me cuentes cómo te has sentido haciéndolo.
Si vas a regalarlas, puedes envolverlas en un papel bonito. ¡Seguro que será un regalo original y bien recibido!
Rosa M. Fraire, diciembre 2022
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